Quienes trabajen de pintor, soldador o peluquero tienen mayor riesgo de acabar sufriendo cáncer. Son, por ese orden, las profesiones que cuentan con más situaciones confirmadas de tumor laboral en Asturias. Así lo revela un reciente informe sobre cáncer profesional elaborado por la Consejería de Sanidad y para el cual se estudiaron y analizaron muchas de las muestras e historias clínicas procesadas y almacenadas en el Registro de Tumores del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) entre 2011 y 2014. Una de las conclusiones a las que han llegado los expertos es que la declaración de tumores en el ámbito laboral «es anecdótica» en Asturias. Es decir, se registran muchos casos, una media de 110 al año según las estimaciones más prudentes, «pero se declaran muy pocos», casi contados con los dedos de una mano.

Ayer, 4 de febrero, se celebró el Día Mundial del Cáncer, una jornada en la que la Consejería de Sanidad hizo hincapié en la prevención y los planes de detección precoz, entre los que destacó el que en breve se iniciará en la región para el tumor de colon y recto, al que serán citados 14.000 pacientes que se someterán a pruebas de sangre en heces. Conocer los riesgos oncológicos del trabajo resulta crucial a la hora de establecer acciones preventivas. Sin embargo, «la dificultad que existe frecuentemente para demostrar el vínculo causal entre la enfermedad y las condiciones laborales» supone un ‘handicap’ importante, indican los autores del trabajo. También actúa en contra el hecho de que «el personal sanitario ponga gran énfasis en el tratamiento de la enfermedad, pero en general no considera un aspecto relevante el conocimiento de los riesgos laborales a los que está o ha estado expuesto el enfermo ni la investigación de la causa probable que pueda haber desencadenado la dolencia», insisten los expertos.

Precisamente para intentar cubrir esas lagunas, Sanidad puso en marcha un programa de cáncer laboral en Asturias en el que participan médicos de Atención Primaria, a los que se les ha solicitado que comiencen a recabar datos sobre la ocupación profesional de los pacientes. Con este trabajo, se ha conseguido diagnosticar como tumores laborales 115 casos que entre 2011 y 2014 no se habían declarado como cáncer de origen profesional. La mayoría de los afectados son hombres.

Una de estas dificultades es el tiempo que media entre el inicio de la exposición a los agentes causantes y el diagnóstico de la enfermedad. En muchos casos ha transcurrido suficiente tiempo, incluso décadas, como para no sospechar de una relación causal y en el caso de hacerlo, como para no encontrar pruebas concluyentes de que realmente existió la exposición.

El trabajo de Sanidad permitió confirmar que al menos un 5% de los tumores estudiados, en total 566 casos, tenían su origen en el trabajo que venían realizando o que habían realizado. Pintores, soldadores, peluqueras, fotógrafos, linotipistas, mecánicos y restauradores de muebles fueron los trabajadores en los que se encontró algún tipo de relación entre el cáncer que padecían y la actividad profesional que realizaban. El amianto, que está detrás de los tumores de mesotelioma pleural, y las aminas aromáticas presentes en productos que se emplean en los tintes de pelo y en pinturas industriales y que provocan tumor de vejiga, son algunos de los agentes de mayor riesgo canceroso de los estudiados en Asturias. También el cromo, el níquel y el acero inoxidable presente en la actividad que desarrollan soldadores, albañiles y linotipistas (impresión gráfica).

Fuente: Diario El Comercio

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