• LAURA FONSECA |  ASTURIAS.
  • Septiembre 2014. DIARIO EL COMERCIO

El trabajo y, en especial, las condiciones laborales, pasarán a formar parte del historial clínico de los pacientes. La Consejería de Sanidad quiere ahondar en la detección de enfermedades de posible origen laboral y profundizar, sobre todo, en la relación entre el trabajo y determinados tipos de cáncer. El caso es que los médicos, en sus consultas de los centros de salud, ya no solo preguntarán por los hábitos de salud y por el historial de dolencias del enfermo, incluidos sus antecedentes familiares, sino también por su ocupación profesional y, en especial, por las condiciones en que desarrolla el trabajo.

Se estima que casi el 25% por los tumores diagnosticados en España podrían guardar relación con la actividad profesional. Así quedó reflejado en una jornada técnica que sobre cáncer laboral organizó la semana pasada la Consejería de Sanidad y donde quedó de manifiesto que el contacto continuo y prolongado en el tiempo con determinados agentes contaminantes, como el amianto, el cromo o algunas sustancias que se emplean para teñir cabellos (hablamos en este caso de peluquerías) pueden derivar en la aparición de diferentes tipos de tumores.

Sanidad implementará un protocolo en el programa OMI de los facultativos de Atención Primaria para disponer de un espacio específico donde recoger la historia laboral y el procedimiento informático para realizar la comunicación de sospecha de una enfermedad profesional. La consejería recuerda que el cáncer es una de las causas de enfermedad que más afecta a la población por su incidencia y su gravedad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que un 19% de los cánceres que se detectan son debidos a factores ambientales y laborales. Sin embargo, para los médicos del sistema público de salud supone una seria dificultad determinar el origen laboral de la enfermedad neoplásica ya que sus causas son múltiples y no siempre bien conocidas, precisan desde Sanidad.

Pulmón y vejiga, a la cabeza

Una de estas dificultades es el tiempo que media entre el inicio de la exposición a los agentes causantes y el diagnóstico de la enfermedad. En muchos casos ha transcurrido suficiente tiempo, incluso décadas, como para no sospechar de una relación causal y en el caso de hacerlo, como para no encontrar pruebas concluyentes de que realmente existió la exposición.

El Principado puso en marcha en 2011 un programa para la detección de cánceres en el ámbito laboral. El estudio permitió confirmar que al menos un 5% de los tumores estudiados, en total 566 casos, tenían su origen en el trabajo que venían realizando o que habían realizado los afectados. Carpinteros, peluqueras, fotógrafos, linotipistas, mecánicos, soldadores, pintores y restauradores de muebles fueron los trabajadores en los que Sanidad encontró algún tipo de relación entre el cáncer que padecían y la actividad profesional que realizaban.

El amianto, que está detrás de los tumores de mesotelioma pleural, y las aminas aromáticas presentes en productos que se emplean en los tintes de pelo y en pinturas industriales y que provocan tumor de vejiga, son algunos de los agentes de mayor riesgo canceroso de los estudiados en Asturias. También el cromo, el níquel y el acero inoxidable presente en la actividad que desarrollan soldadores, albañiles y linotipistas (impresión gráfica).

Tras la valoración de la historia laboral de los 566 casos estudiados, se encontró que en 27 enfermos había altas probabilidades de ser clasificados como enfermedad profesional (5% del total). En otros 65 casos (11,5%) se acreditó una relación clara aunque menos intensa entre la enfermedad y el ambiente laboral. De los 27 tumores de origen laboral, 12 fueron de pulmón, 9 de vejiga, dos de mesotelioma pleural y otros cuatro de próstata, linfoma y fosas nasales.

 

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